Causas y soluciones del estreñimiento

marzo 14, 2019 ·

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¿Qué ocurre cuando interferimos en el funcionamiento normal de nuestro cuerpo?

Los niños observan a los adultos toda la vida y sin excepción todos consideran esos achaques que acompañan a la edad algo imposible, nunca creen que les vaya a ocurrir; Sin embargo, esos niños se hacen mayores y empiezan a tener pequeños problemas sutiles que al principio no molestan pero que con el tiempo se convierten en auténticas limitaciones.

Este artículo responde a la pregunta ¿Estas limitaciones son debidas a hacerse mayor? ¿Vamos camino a una vida llena de limitaciones? La verdadera respuesta es “Depende”.

La edad no es ninguna enfermedad ni tampoco provoca que nuestros órganos funcionen mal. Son las actitudes erróneas y mal empleadas a lo largo de muchos años lo que hace que nuestro cuerpo sea incapaz de responder adecuadamente a las exigencias de la vida. Si bien es cierto que el proceso natural del ser humano es ir degenerándose poco a poco, hoy en día la mayoría de gente pierde capacidades funcionales a un ritmo acelerado, ya sea por falta de interés en cuidar su salud o por falta de conocimientos para hacerlo.

Veamos un ejemplo clásico y poco conocido de malas actitudes:

Tener ganas de ir al baño (defecar) pero evitar ir a un baño público. Esta actitud la realiza un enorme porcentaje de la población y como veremos más adelante ellos mismos son los responsables de su patología.

El aparato defecatorio del ser humano transporta un bolo de deshechos al que ya se le ha absorbido todos los nutrientes útiles hasta el recto, donde se expulsa. Una vez el bolo llega casi al final, se sitúa en un espacio al que llamaremos “bolsa” para facilitar el entendimiento. Cuando esta bolsa se llena el cerebro envía la señal de que es necesario ir al baño, la persona va, la bolsa se vacía y todo sigue su curso.

¿Pero qué ocurre cuando no vaciamos la bolsa?

Si el cerebro envía la señal y no hacemos caso, esa bolsa se queda llena y con el tiempo el cuerpo “olvida” que está ahí, y como el cuerpo es una máquina en constante funcionamiento, sigue expulsando deshechos y formando nuevos bolos. Al llegar el segundo bolo a la bolsa que esta llena, esta se agranda y se vuelve más laxa para que quepan los dos y se vuelve a enviar la señal al cerebro. Tal vez vayamos o no al baño, pero el proceso se repetirá las veces que haga falta y esto genera 2 problemas:

  1. La bolsa sigue creciendo para acumular bolos
  2. El cuerpo “aprende” que, aunque se mande la señal el bolo no se va a ir, por lo que poco a poco la señal va dejando de hacer efecto.

 

Así que con el paso de los años tenemos un cuerpo que “ha olvidado” que debe ir al baño y una bolsa más ancha y grande de lo que debería ser. En este punto tenemos a una persona ESTREÑIDA, que necesita depender de ayuda química y artificial para abrir la bolsa con todas las consecuencias que la química provoca en el organismo.

Pasan más años, el cuerpo pierde la capacidad de autorregularse, porque Si podemos tomarnos una medicina para ir al baño, ¿Para qué voy a molestarme en reeducarlo?, y esa bolsa sigue creciendo sin regulación. Entonces la bolsa se ha deformado de tal forma que la persona en INCAPAZ de almacenar el bolo, igual que una camiseta que se da de sí y ya no te viene. Esto es lo que se conoce como INCONTINENCIA FECAL.

En este punto no hay opción más que llevar pañales, someterse a una cirugía que a la larga va a generar más problemas que soluciones y perder una gran cantidad de calidad de vida.

Como este problema hay miles de alteraciones que acaban generando patologías a largo plazo, y es necesario conocerlas, escuchar al cuerpo y aprender a reconducirlo de la forma más eficiente posible antes de que estas manías o inconvenientes leves se conviertan en una gran limitación para el buen funcionamiento.

En la clínica IVAB contamos con especialistas capaces de instruir en la reeducación, recuperación y readaptación de los tejidos necesaria para tener calidad de vida ahora y para no perderla en el futuro.